Los extranjeros tienden a concentrarse en los sectores desfavorecidos de
la ciudad. Una manera de no perder sus costumbres y encontrar algo de
calor entre los suyos en barrios más baratos conforme a sus posibilidades.
Unos expertos se preocupan por la tendencia a la formación de guetos y por
el riesgo que ello implica para la integración social. Otros entienden esta
reunión como natural, pero cuestionan que se dé forzada y en entornos
deteriorados, lo cual fomenta la falta de oportunidades y la mala
convivencia.